ANIMA PERDIDA
EL ANIMA PÉRDIDA
En calle la Argentina en el departamento de Tunuyàn, a 2 km al oeste de ruta 40 se encuentra ubicado el cementerio. Como es conocido cada pueblo ciudad tiene su historia o leyenda Tunuyán no es la excepción. Por tal circunstancias redactaremos una de las tantas que existen, la elegida es la del ANIMA PERDIDA:
Se dice que una mujer de nombre Jacinta concurría diariamente al cementerio al caer la tarde y esto llamaba la atención de los empleados comunales que trabajaban en el lugar esto se debía por que no faltaba nunca. El rostro de la mujer siempre lo tenía cubierto por un pañuelo que le cubría la cabeza. Traía flores blancas. Siempre entraba sollozando y secaba sus lágrimas con un pequeño pañuelo. Los trabadores estaba acostumbrados a verla y antes de retirarse y cerrar constataban que está se hubiera ido.
Se dice que Jacinta había perdido una hija pequeña en un accidente, y a pesar de tener otros niños, no encontraba consuelo, por la tarde después de servirle la media tarde a sus otros hijos, partía hacia el cementerio, llegaba a la tumba caminaba buscaba agua cambiaba las flores, al parecer miraba el nombre de la hija en la cruz lo cual la trastornaba. Buscaba la salida cuando le avisaban e iban a cerrar. Una tarde llego y al parecer ninguno de los empleados la vieron ingresar, lleva cuadernos, ropas, calzado, que pertenecían a su hijita y lo coloco sobre la tumba, la tristeza la embargaba, busco agua cambio las flores como de costumbre. Así pasaron las horas sin darse cuenta, de improvisto se dio cuenta que oscurecía de inmediato busco la salida pero al llegar al portón de salida se encontró con los portones con candado. Llamó, grito sin tener repuesta. Nadie la escuchaba. La calle La Argentina estaba desierta, no había casas cercanas.
Al parecer se aterro al encontrarse sola en ese lugar y comenzó a correr entre las cruces se enganchaba la ropa en las cruces y gritaba con desesperación, se le rimpió el vestido perdió el calzado, finalmente se desplomo sobre la tumba de su amada hija ya no tenia fuerza para seguir corriendo y gritando no tenía voz.
Al día siguiente cuando los empleados municipales llegaron y comenzaron abrir los portones de entraba se le arrimo un hombre que montaba un caballo y les comento que, en la noche había pasado por allí y había escuchado gritos, y como había sentido miedo se fue rápidamente del lugar, el empleado se quedó pensativo luego comenzó a recorrer el lugar, tenía un presentimiento. Fue al sector sur oeste, y grande fue su asombre allí sobre la cruz que había caído se encontraba Jacinta. Estaba Muerta.
Dicen que nadie se presentó a reclamar el cuerpo, por eso la sepultaron allí junto a su hijita, desde entonces la llamaron EL ANIMA PERDIDA. Su tumba es visitada por grandes y chicos, su tumba se encuentra llena de cuadernos, flores, velas y otros utensilios que le llevan los creyentes dicen que es milagrosa. Esta es una de las tantas versiones, hay otra de esta misma ánima pero la dejaremos para la próxima…
HERIBERTO MONTIEL