ANIMAS DEL PARAMILLO-SAN CARLOS
LAS ÁNIMAS DEL PARAMILLO PAREDITAS SAN CARLOS:
Cuenta la historia que fue el 8 de diciembre el año 1886. Ese día un habitante de la castigada ciudad de Mendoza comenzó a sentir los síntomas de una enfermedad que no pudo ser alejada de sus fronteras. Al día siguiente, ya había muerto deshidratado, seco como pellejo, había comenzado la peste del cólera.
Esta epidemia se esparció por toda la provincia, alcanzando los departamentos de San Rafael, San Carlos, y otros, en esta oportunidad nos vamos a referir a las animas del paramillo ubicada en zona oeste del distrito de Pareditas, a escasos metros del arroyo Yaucha allí se encuentra unas cruces con unos nichos, ninguna de ellas tiene inscripción, comentan algunos lugareños que esos nichos y las cruces fueron hecho por don Luis Lago., porque en ese lugar se cree que se realizaron fosas y se depositaron cuerpos de seres humanos que había fallecidos en sus casas a causa de la epidemia del cólera por, eso eran trasladado en carretas envueltos en frazadas, mantas, estas personas eran sacadas de casa aledañas al lugar y al parece no poseían vivienda propia, como se sabe que antiguamente no había cementerio por lo que la mayoría de las personas con propiedad eran enterrada en el fondo de la Vivienda, pero muchos eran criados, o encargados de campos que no tenía un lugar donde ser enterrado, estos fueron trasladados a ese lugar donde se cavo una fosa
se los deposito allí y se les prendió fuego, esto había que hacerlo para que esta peste no se siguiera expandiendo, no se sabe cuántos cadáveres fueron quemados allí, luego con los desborde del Arroyo Yaucha se fue borrando todo indicio, la gente de los alrededores comienza a trasladarse al lugar los lunes día de las animas según los creyentes, para encender velas y solicitar a estas animas algún milagro o simplemente para que sus almas descansen en paz. En la actualidad ya queda poco del lugar ocho nichos con sus respectivas cruces, la gente no va como solía hacerlo, este lugar se encuentra cerrado por alambradas, como así hay allí una represa que abastece de agua a los agricultores de la zona.
El Cólera en Mendoza
Fue un 8 de diciembre de 1886, día de la Inmaculada Concepción de María. El cólera..
Fue una terrible epidemia que recién menguó en abril del año siguiente, para desparecer en mayo. Cinco meses de dura lucha, de pesadilla, en donde más de 1500 personas que vivían en el casco urbano cayeron una a una, día a día, como insectos rociados por veneno. Fue tal el colapso que la infraestructura de entonces no pudo atender tamaña calamidad. El desaparecido Hospital San Antonio no daba a bastó para la atención de tantos enfermos, por lo que salubridad pública comenzó a atender moribundos en domicilios particulares; quizá fueran los domicilios de los aterrorizados mendocinos que emprendieron la huída precipitadamente, yéndose a lugares deshabitados para aguantar el flagelo.
Eran tantos los cadáveres para enterrar a diario, que los empleados municipales se negaron a continuar cargando difuntos a riesgo de su vida. Se los conminó a seguir con su trabajo, pero su porfía de auto conservación pudo más. Entonces el gobierno obligó a los presos a tan ingrata tarea, la que cumplieron sin chistar, habida cuenta de su situación judicial.
El fantasma de la muerte había llegado en un vapor procedente de Nápoles con destino al puerto de Buenos Aires. En todos los puertos la embarcación había sido rechazada, a sabiendas que entre la tripulación había gente enferma de este mal. En todos los puertos…excepto en el de Buenos Aires, que autorizó el desembarco ya que entre los pasajeros se hallaba Antonio Del Viso, influyente político de la época… nada nuevo bajo el sol.
A la luz de los hechos, bien puede decirse que la epidemia se expandió en Mendoza a causa del centralismo porteño. Suena delirante, pero solo suena, fue así. Ante las noticias alarmantes que provenían de Buenos Aires, el gobernador Rufino Ortega instaló un control sanitario en Desaguadero, prohibiendo la entrada de cualquier viajero que no hubiera cumplido con la debida cuarentena en esa localidad. Y la prohibición incluía a toda clase de pasajeros: particulares, comerciantes, flotas de carros, trenes. La directiva bajaba de una Comisión de Higiene creada a iniciativa de Ortega. Pero los intereses comerciales de Buenos Aires y el Litoral se veían afectados por la medida, por lo cual el Ministro del Interior de Roca, Eduardo Wilde, exigió que se respetara la libre circulación interprovincial so pena de intervenir con el Ejército para garantizar dicha circulación. Ortega cedió y las consecuencias no tardaron en manifestarse.
No hay más datos de este lugar no hay personas que nos puedan aportar datos preciso de este lugar, solo vecinos que nacieron en este distrito, también aporto un gran dato la Señora Evelina Verón la cual residió en la zona de Pareditas, y fue docente de la escuela de paso de las Carretas. Si hay alguien que pueda aportar datos se le agradecerá de corazón.
HERIBERTO MONTIEL